10.2.20

Palazuelo y James


 
-           Hace tiempo que quiero hablarte de alguien especial James. Un elegante caballero solitario.
-          ¿No tenía amigos?
-          Claro que sí. Llevo semanas pensando en cómo presentártelo.
-          ¿Por qué?
-          Porque su obra es refractaria al entendimiento.
-          ¿Qué es refractario?
-          Un material en el que no entra la luz si no que rebota, como un espejo.
-          ¿Se vale cuando da el sol en el río y no ves el fondo?
-          Se vale.
-          Ni los peces, ni las ranas…
-          Sí…
-          Ni los plecostomus hipostomus
-          ¿Qué es un plecostomus?
-          Un pez gato, yo también se cosas mamá.
-         Claro -dice Helene dejando pasar de largo al pez del fondo del rio-,  el caso es que cuando no entra la luz no se ve y es difícil entender lo que no se ve.
-         Pero hay cosas que no vemos y las sabemos.
-         ¿Por ejemplo?
-         El árbol de enfrente de casa.
-         ¿Qué le pasa al árbol?
-         Que luego le salen hojas y castañas dentro de unas bolsitas que pican. Y no las estoy viendo pero sé que van a salir.
-         Estás siendo refractario.
-         No sé…
-         ¿No quieres seguir?
-          Bahh…me da igual.
-         Vale, pues lo dejamos aquí.
-         ¿Son pinturas que brillan?
-         En toda la semántica del término
-         Hoy no te entiendo mamá.
-         Mira.
-         Me recuerda a aquel pintor de Sevilla que al final me gustaba tanto...
-         Gordillo.
-         Sí, que pintaba células que no se conocen, de la Luna, de Marte y de más lejos, y las juntaba porque se le ponía.
-         Sabes que no me gusta esa expresión.
-         Lo decía él.
-         Incluso en el azar hay un orden que guía las composiciones.
-         ¿Qué es ese orden?
-         En muchos casos uno mismo, en otros la ausencia de uno mismo.
-         Tengo ocho años.
-         Ya, y mucha razón. Es como si las células de Gordillo se hubieran cristalizado.
-         ¿Qué es cristalizar?
-         Cuando una gota de agua muy pequeña se enfría tanto que se convierte en un copo de nieve. Si lo miras al microscopio resulta que se ha creado una estructura naturalmente ordenada.
-         Entonces Gordillo es una gota y el solitario un copo.
-         Algo así.
-         ¿Se pueden cristalizar las cosas con pintura?
-         Sí.
-         ¿Y los latidos del corazón? como aquel francés que los tenía guardados en una isla de japón
-          Boltanski.
-          Y, ese otro que hacía polos de agua y se pintaba los latidos por la noche.
-      Juan Uslé.
-          Entonces se puede cristalizar lo que se piensa, lo que se siente, se pueden hacer composiciones cristalizadas, ¿todo?
-          Si, se puede.
-          ¿Cuántas cosas nuevas nos faltan por ver?
-          Muchísimas James.
-          ¿Por qué los artistas no cristalizan más?
-          Porque no es nada fácil. Hay que conocer la alquimia.
-          Ahh…-James decide no preguntar- pero le pica la curiosidad y pide ver otra obra de Pablo Palazuelo. ¿Otra mamá?
-          Ahí tienes.
-       Es refractaria.
-        Si que lo es –afirma Helene con una media sonrisa-. A veces intuyes que una imagen tiene algo importante y silencioso que se te escapa.
-          Le salen cosas llenas de raro.
-          ¿Llenas de raro?
-          Raro es bueno mamá.
-         ¿Sabes que decía Palazuelo?
-         No.
-        Que después de llevar pintando años y años, se había dado cuenta de que había momentos en los que él no estaba.
-         ¿Mientras pintaba?
-         Estaba como desaparecido James -le susurra Helene-.
-         Y ¿quién pintaba mamá? ¿Uno que vivía dentro como en ese cuadro del perrito que me gusta de Goya?
-         Diría que sí, algo dentro de él tomaba las riendas e iba construyendo las formas, los colores, las sensaciones, mientras Palazuelo estaba enfrascado.
-         ¿Entonces no era Palazuelo?
-         No sabría decirte…
-         ¡Quiero ver otro!
-         Eso está hecho, este se titula, "El número y las aguas".

-         Ahora lo entiendo.
-         ¿De verdad?
-         Cada palito está con su equipo de palitos y con los de los lados, y todos hacen una forma que el que vive dentro del solitario ha ordenado.
-         Por variar ¿puedo hacerte una pregunta James?
-          Bueno…
-          ¿Qué crees que hace falta para hacer algo así? Dime la primera palabra que se ocurra.
-          No me sale.
       James...
-         Silencio, con ruido no se puede hacer. El que vive dentro de Goya y de Uslé y del solitario, se va si hay ruido.
-         ¿Y piensas que todo encaja en este óleo?
-         Lo pienso.
-         ¿No podría haber una línea más gruesa, un palito más corto, de otro color? 
-         Desde lo invisible las cosas siempre encajan.  Podría haberlo hecho con piezas y no pasaría nada.
-         ¿Así?
             Así.
-          ¿Sabes sobre qué cristalizan sus cuadros?
-          Lo preguntas porque no hay gota ¿verdad?
-          No hace falta que contestes.
-          ¿Por?
       No tiene importancia.
-          Oye mamá, ¿hay un cuadro del caballero solitario que te guste muchisimísimo?
-          Sí, “Las soledades”
       ¡Vaya cuadrado!
-          Dirás cuadrazo…
-          No, cuadrado.
-          Vale.
-          ¿Cuándo lo pintó?
-          Tenía casi 40 años.
-          ¡Lo sabia!
-          ¿El qué?
-         Que no está cristalizado del todo. Parece un sueño. Si fuera del tamaño de una mosca volaría por las líneas blancas que serían caminos muy largos. Las partes marrones son campos que se mueven y siguen por los lados del cuadro hasta muy lejos…
-         Y el fondo tan oscuro...
-         Es que es un sueño.
-         ¿Algo más que decir sobre Las soledades de Palazuelo?
-         ¿Cuánto mide?
-         Ciento veinte centímetros de lado.
-         Parece tan grande como el cuadro azul que parecía el fondo del mar.
-         "Cátedra" de Barnett Newman. ¿Uno más antes de acabar?
-         Vale.
-         Se titula “Dream” ¿qué te parece?
      Refractario al principio. Me gusta mucho ¿Nunca pintó un perrito como el de Felipe Próspero o una Carmencita?
-         Nunca.
-         Le darían ganas ¿no?
-         Seguramente, pero eligió el camino de pintar las cosas elegantes y silenciosas que llevamos dentro.
-         ¿Yo tengo cosas elegantes dentro?
-          Estoy segura James.
-    ¿Puedo ver al caballero solitario?
-    Claro.
-  Si miras así una pintura es porque es buena ¿verdad mamá?
-  Es mágica James.
-  Se nota.

Jean Dubuffet. Un bárbaro en Europa.


Hasta el 16 de febrero en el IVAM.