La célebre estatua alada del siglo II a.C., situada en una de las escaleras del Louvre, ha vuelto este martes 8 de julio, a casa. Diez meses de restauración le han devuelto plumas del ala izquierda, algo de cabello y el color de su
mármol blanco de la isla de Paros.
La restauración requirió desmontar cada parte del conjunto escultórico -más de cinco metros de altura y 50 toneladas de peso- con un coste de cuatro millones de euros, financiados por grandes empresas francesas y por 6.700 pequeños mecenas mediante Crowdfunding.
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